Te levantas y observas por la ventana. Nadie. Solo hay letreros que piden que no salgan y que no toquen el agua contaminada. Muchos muertos.
En ese momento recuerdas que debes tomar un baño.
Recorres el pasillo que divide tu habitación y el baño. Te preguntas dónde estarán tus hijos. Ya deberían haber despertado.
A mitad del pasillo escuchas una voz lejana "No vayas, el agua mata, no vayas"
Buscas de dónde salió esa voz, pero no hay nadie.
Entras al baño y abres la regadera. Tu piel empieza a desprenderse suavemente de tu cuerpo. Todo ha terminado.
Despiertas agitado. Por suerte, solo fue un sueño.
Volteas a la ventana y no ves a nadie, solo notas algunos letreros que no alcanzas a leer. No importa, es tarde y tienes que tomar un baño.
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