viernes, 10 de abril de 2020

El bombardeo llegó desde todos lados, de los balcones empezaron a surgir municiones improvisadas llenas de cualquier líquido que hubiera a la mano.
Los gritos se hacían cada vez más fuertes y las voces se perdían entre todo el odio que se producía.
Nadie trataba de detener esa injusticia, su castigo era peor que el del criminal más buscado.
En medio del llanto y la impotencia, ellos decidieron salir corriendo, para no regresar nunca más.
Las calles quedaron empapadas de sangre y suciedad, y justo en el momento en que vieron el camino vacío, los habitantes gritaron de júbilo, mientras lanzaban a la nada las últimas municiones y aplaudían efusivamente en señal de triunfo.
El arrepentimiento llegó meses después, de la mano de la muerte, que al ver la ciudad tan desolada, se dio cuenta de que era el momento oportuno para actuar.
Las personas perecieron, una tras otra, en las casas, en las calles, en los parques, en las escuelas… Nadie estaba a salvo del implacable brazo de la muerte.
Y claro, ella aprovechaba el camino libre que le habían dejado, después de todo, meses atrás, los necios pobladores habían corrido hasta el último enfermero del lugar.

jueves, 9 de abril de 2020

Round 1

El boxeador lanza el primer golpe. No hay respuesta del contrincante. Lanza el segundo, el tercero. Parece que todo está decidido.
Esquiva, burla, sigue golpeando, movimientos rápidos, parece que el otro es incapaz de seguirle el paso.
De pronto, un sorpresivo golpe directo a la mandíbula. ¡Knockout!

Después de tres años, su sombra estaba cansada de ser la única que recibiera todos los golpes y malos tratos, ahora puede ir a descansar un tiempo, mientras el boxeador recobra la conciencia.

Una mañana en el metro

"¡Por favor, permita el libre cierre de puertas!"

Repite una y otra vez la grabación, pero las puertas no logran cerrarse.
No se escucha nada más, ni una sola voz adentro ni afuera de los vagones, solo queda la repetición que dice mecánicamente:

"¡Por favor, permita el libre cierre de puertas!"

Por todo el vagón se observan enormes charcos de sangre y un par de piernas impidiendo que las puertas se cierren.
Quizá todo hubiera sido diferente de haber hecho caso a la indicación la primera vez que sonó.

sábado, 28 de marzo de 2020

viernes, 27 de marzo de 2020

La espera

De la nada, un ruido ensordeció toda la habitación. Eso fue lo último que ella escuchó.
Empezó a sentir la cabeza muy caliente y las manos heladas, y en la penumbra, alcanzó a distinguir una sombra oscura con una sonrisa nostálgica
– ¿Realmente eres tú? – Pronunció con tan solo un hilo de voz
Y sucumbió feliz al sueño eterno.

El paraguas

Georgina camina hacia su casa cuando de pronto: ¡plop! ¡plop! ¡plop, plop! ¡plop, plop, plop! La tormenta comienza a caer ruidosamente sobre su cabeza.

Abre su mochila y busca por todos lados, pero nada, justo hoy dejó el paraguas en casa.

No muy lejos de ahí, en una casa aparentemente vacía, hay un pequeño paraguas tomando chocolate caliente frente a la ventana.

– ¡Ah! ¡Esto sí es vida! -Dice entre sorbos – Al fin no soy yo el que regresará a casa todo mojado.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Jubilación forzada


- ¡Salgamos!
- Pero… ¿A dónde?
- No importa, tú sígueme
- ¿Qué no ves que es imposible salir de aquí?
- Yo vi que uno lo logró. No quiero vivir en esta suciedad el resto de mi vida.
- Ni yo… y la oscuridad me aterra. Pero no sé, es muy arriesgado, no me atrevo.
- ¿Quieres morir aquí, sin haber conocido el mundo?
- Es que… ¿Qué va a ser de nosotros si nos vamos? No sabemos qué hay más allá…
- Seguro no puede ser peor que esto. ¡No soporto este lugar! Es muy húmedo y me enferma. ¿Vienes conmigo o no?
- Está bien… Voy contigo.
- Es nuestra oportunidad. ¡Vámonos!

Rogelio le dio un gran mordisco a su manzana y vio sus dos dientes frontales encajados en ella. Con estos ya eran tres los que perdía en la semana.


martes, 24 de marzo de 2020

Todo es silencioso, pareciera que todos han desaparecido de repente.
Te levantas y observas por la ventana. Nadie. Solo hay letreros que piden que no salgan y que no toquen el agua contaminada. Muchos muertos.
En ese momento recuerdas que debes tomar un baño.
Recorres el pasillo que divide tu habitación y el baño. Te preguntas dónde estarán tus hijos. Ya deberían haber despertado.
A mitad del pasillo escuchas una voz lejana "No vayas, el agua mata, no vayas"
Buscas de dónde salió esa voz, pero no hay nadie.
Entras al baño y abres la regadera. Tu piel empieza a desprenderse suavemente de tu cuerpo. Todo ha terminado.

Despiertas agitado. Por suerte, solo fue un sueño.
Volteas a la ventana y no ves a nadie, solo notas algunos letreros que no alcanzas a leer. No importa, es tarde y tienes que tomar un baño.
– ¿Viva o muerta?
Preguntó mi compañera de vagón, mientras me mostraba sus pies blanquísimos. Volteé a ver a todos los demás pasajeros, todos correctamente sentados con sus zapatos recién boleados.
Contuve la respiración y descubrí mis pies debajo del asiento.
– Muerta... Pero no sé cómo... –Dije mientras observaba fijamente mis calcetas amarillas

miércoles, 4 de marzo de 2020

– ¡No me dejes! ¡Por favor, no te vayas! Te lo ruego, quédate conmigo. Puedo cambiar, en serio. Puedo ser como tú quieres que sea, voy a hacer todo lo que me digas, te lo prometo.

Pero tú no respondes, estás mirándome en silencio, me observas con una mezcla entre tristeza y lástima y yo no soporto mantenerte la mirada, me duele ver que sufres por mi culpa y saber que ya nada tiene solución. Ya no hay más que hacer, tú tomaste tu decisión y terminaste con mi vida y con mi futuro.

– te necesito, ¿no te das cuenta? Yo no soy nada sin ti, siento que me voy a morir si me dejas... Ya sé, ya sé que me has dicho mil veces que hay mucha gente que vive así y que estas cosas de superan, pero yo no lo quiero superar. ¡Yo no quiero esa vida! Yo solo te quiero a ti... No sé qué más ofrecerte para que aceptes quedarte, te doy lo que sea... ¡No! ¡Espera! ¡Voltea! ¿Qué de supone que haré cuando te vayas?... No, no quiero que me digas que te voy a olvidar. ¡No es justo! ¡No me dejes!

Te fuiste... regresaste a ocupar tu lugar en la eternidad. Al final no me dijiste nada y solo tengo el oscuro recuerdo de tu mirada. La habitación, de pronto, se llenó de la soledad más dolorosa que pueda existir: el abandono del alma. Solo me quedó la pequeña luz que aún irradiabas y que se extinguía lentamente. En segundos, no fui capaz de ver nada. El vacío dentro de mí me devoró por completo, un vacío sordo, terrible, el vacío de sentir que trataba de controlar un cuerpo inútil y desposeído... Y claro, tú te habías llevado toda mi fuerza de vida.

Ahora, me doy cuenta de que tenías razón, hay muchos que viven como yo, que vagan por el mundo como seres errantes y parece que están bien con eso. Cada día me cuesta más trabajo distinguir a los que aún tienen un poco de ti de los que, como yo, te han perdido para siempre, y a ratos quisiera ir con los que aún te tienen para tratar de recuperarte, pero sé que es imposible.

Empiezo a olvidarte y eso me aterra, cada vez tu imagen es más borrosa para mí, a ratos me descubro con la mente totalmente en blanco, sin pensar en ti ni en nada. ¿Es eso lo que me depara el resto de mi vida? Un futuro sin sentir, sin pensar, sin tener ni siquiera el recuerdo de haberte tenido... El miedo, me aferro al miedo que siento porque es lo único que me mantiene consciente. 

Yo sé que me quedan pocas horas así y después habré olvidado todo esto, a ti y a todo... Por favor, alma mía, ya entendí la lección, no quiero ser solo un cuerpo vacío. Prometo cuidarte más, prometo ser mejor. Tengo miedo, el frío invade todo mi cuerpo, me duele, no puedo más... Se me acaba el tiemño. Por favor... Regresa.

jueves, 30 de enero de 2020

Un vaso... y otro... y otro... y otro, ya perdiste la cuenta de cuántas botellas llevas hasta ahora, no has salido en una semana, apagaste el celular ¿dónde habrá quedado?
Estás sentada en un rincón de la habitación, la música te aturde, pero no logras recordar nada de lo que pasó. Lo último que está en tu mente es que tus amigos te invitaron al cine y a cenar, ¿por qué te dejaron sola en ese lugar tan inmundo?
Te levantas con mucha dificultad, te cuesta mantenerte de pie, caes una vez... lo intentas nuevamente, vuelves a caer, sabes que no vas a lograrlo ¿Cuánto alcohol tomaste? No puedes creer que hayas tomado sola todas las botellas que hay en el suelo... ¿De dónde viene esa maldita música?
Haces un último esfuerzo por levantarte, te duele todo el cuerpo, es el peor dolor que has sentido en tu vida, sientes un vacío por dentro y empiezas a temblar, tus ojos se llenan de lágrimas, no entiendes qué está pasando... ¿Qué es ese lugar? No se parece en nada a tu habitación, no hay una cama, solo cartones en el suelo, no están tus cosas, ¿en dónde dejaste el celular? ¿Por qué la música es tan fuerte? El dolor de cabeza aumenta... "¡Ayuda! ¡Por favor, que alguien me diga qué es este lugar!"
No parece haber nadie más, tampoco podrías escuchar la respuesta de nadie, la música apaga todos los demás ruidos. Si hubiera alguien más seguramente tampoco te escucharía.
Logras levantarte, al fin, empiezas a caminar, tiemblas, tienes un dolor muy fuerte en las piernas, sientes que la cabeza te va a explotar, te duelen los brazos, el abdomen, el cuello, todo... No hay una sola parte de tu cuerpo que no grite de dolor.
Después de lo que te pareció la caminata más larga de tu vida, llegas, casi sin fuerza, hasta la puerta de la habitación. Respiras profundamente y abres la puerta. En ese momento recuerdas todo... No puedes mantenerte en pie y caes duramente contra el suelo, la música, el alcohol, el dolor... Al fin recuerdas de dónde viene todo ese dolor.
Tu cuerpo sigue temblando, pero tú sientes que una furia incontrolable se apodera de ti, lloras, sabes que no puedes hacer nada más. Te levantas como puedes, te secas las lágrimas por última vez, ahora sabes lo que tienes que hacer. Caminas firme hasta la puerta, la abres y cruzas hacia el otro lado. No hay nada, por fin, el sufrimiento ha terminado, es la única forma en la que podrás superar ese terrible episodio.

En las noticias, desde hace una semana no se habla de otra cosa: La historia de la chica que encontraron asesinada en la bodega de un bar, no hubo nada que se pudiera hacer para salvarla, al parecer, murió ahorcada después de haber sido violada en ese mismo lugar.
Las autoridades clausuran el lugar, el dueño y los trabajadores son interrogados uno por uno, pero no parece haber respuestas, todos saben que el caso se quedará sin respuesta como todos los demás. Al final, solo se escuchan voces casi imperceptibles diciendo "ojalá no haya sufrido demasiado"